EL PODER, REINVENTADO

EL PODER, REINVENTADO

Un creciente número de iniciativas aspiran a cambiar o mejorar la forma en la que se ha venido otorgando y ejerciendo el poder

No podemos referirnos al futuro sin mencionar el actual clima de ebullición de ideas, debates e iniciativas relacionadas con la reinvención del poder. Crece el discurso sobre la necesidad de un importante cambio en cómo se ha venido otorgando y ejerciendo el poder durante las últimas décadas. Diferentes posturas comparten en general un punto de partida común: la creciente desigualdad económica que hoy supone que el 1% de la población más adinerada acumule ya el 99% de la riqueza global. Las reacciones pueden ya observarse en la demanda de reinvención del poder que significan movimientos sociales como el 15-M en España u Occupy Wall Street en su versión norteamericana. Movimientos a los que, contrariamente a sus antecedentes históricos, no son hoy ajenas unas clases medias que también ven amenazado su presente y su futuro. /BR>

Vaclav Smil ha estudiado la riqueza de los países y analiza la actual crisis poniendo énfasis precisamente en la recesión de esas clases medias que hasta ahora han dependido de una producción industrial y manufacturera a la que parecen querer renunciar los dirigentes de las economías avanzadas. Para Smil, la desaparición o disminución significativa de esas clases medias tendrá como primera consecuencia el auge de los populismos. /BR>

El origen de la actual creciente desigualdad tiene su origen, en parte, en una clase ejecutiva que pasó hace años a cobrar sus honorarios en instrumentos relacionados con el valor en bolsa de las empresas que dirigen. Los fondos de inversión aplicaron la llamada “fórmula fenicia” y empezaron también a cobrar según los beneficios bursátiles de los activos que gestionan. En definitiva, se creó una clase económica dominante que no genera riqueza creando valor real sino comerciando con ese valor. /BR>

Thomas Piketty ha llamado la atención mundial por su revisión del capitalismo del siglo XXI y unas propuestas de solución entre las que se incluyen la implantación de un sistema de impuestos globales a los movimientos de capital entre países. /BR>

Pero el discurso sobre la reinvención del poder no es económico, sino político. Un creciente número de iniciativas aspiran a cambiar o mejorar la forma en la que hoy se escoge a los políticos. Varios estudios demuestran que un votante realmente informado vota de manera significativamente diferente. Crece el número de proyectos que abogan por reinventar la acción política a través del uso de las nuevas tecnologías no disponibles hasta hace poco. /BR>

La startup española Osoigo ha creado un portal que persigue una mayor transparencia política facilitando que los representantes públicos puedan responder directamente a preguntas de los ciudadanos. Intuitive Voting quiere mejorar los actuales procesos electorales a través de una aplicación móvil que facilita el acceso a la información precisa para cada elector.

La aplicación Informacam aspira a certificar las imágenes recogidas por el periodismo ciudadano para asegurar su veracidad. Más allá de la tecnología, hay quien propone reducir el número de votantes directos a cambio de una mayor representación por delegación de confianza. Otros incluso defienden la posibilidad de implementar sistemas similares de representación política utilizando algoritmos como Pagerank de Google. /BR>

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