NEGOCIOS: OPORTUNIDADES EN MEDIO AMBIENTE

NEGOCIOS: OPORTUNIDADES EN MEDIO AMBIENTE

Cuando se analizan los grandes retos del futuro próximo, uno de los temas más polémicos, quizás por trascendental, es el del medio ambiente. Porque, aunque es obvio admitir que ninguno de los demás retos será relevante si la vida deja de ser posible en la Tierra, para algunos la evidencia científica sobre el impacto negativo de las actividades humanas en el planeta no es aún irrefutable. Quizás el problema reside en que aún se discute, en este campo, que haya una correlación clara entre causas y efectos.



Así, mientras que es cierto que no puede negarse la contaminación atmosférica de nuestras ciudades (en especial, en algunas grandes ciudades de Asia), la progresiva deforestación de grandes zonas del mundo, la reducción de las reservas pesqueras de los océanos o el aumento de los residuos generados por un modelo lineal de consumo, hay quien sigue negando que estos hechos evidencien que la actividad humana sea la responsable, por ejemplo, de un cambio climático que pueda poner en riesgo al planeta.

Es por ello que resulta fundamental dar a la ciencia la palabra (es decir, los recursos) para estudiar (y demostrar, en su caso) los efectos nocivos para el entorno biofísico de muchas actividades humanas (el impacto antrópico), y para que encuentre soluciones, mientras estemos a tiempo. La búsqueda y el desarrollo de soluciones a estos problemas, muchos de ellos de escala planetaria, pueden convertirse en una enorme fuente de oportunidades e implicar la combinación de la iniciativa privada con las políticas públicas.

Son muchos los retos encuadrables en este campo. El control y la reducción de la contaminación atmosférica, generada por el uso intensivo de combustibles fósiles. El impacto de una agricultura intensiva en la degradación de los suelos fértiles. Y la consiguiente presión para producir alimentos suficientes, en calidad y cantidad, para unos nueve mil millones de habitantes para finales de siglo (lo que algunos ya consideran superpoblación).

La sobreexplotación forestal y su efecto en la transformación de los ecosistemas, la disminución de la biodiversidad y la desertización del territorio. El impacto de la ingeniería genética en las cosechas y en la continuidad de nuestro acervo alimentario. La gestión de las limitadas existencias de agua dulce en el planeta, y las oportunidades y los riesgos de la desalinización del agua marina. La mejora de las fuentes de energía renovable, así como la disminución del excesivo consumo de energía en las sociedades avanzadas. La restauración de las poblaciones marinas, tanto para la conservación de la calidad de los océanos como para su explotación razonable.

Asimismo, y de forma creciente, el progreso tecnológico induce nuevos potenciales problemas en la agenda medioambiental. Así, ya es una realidad inexcusable que es preciso reconsiderar el flujo de residuos industriales entre los países avanzados y los más pobres del planeta (por ejemplo, de los residuos generados por el consumo masivo de productos electrónicos).

O la gestión de los residuos de las centrales nucleares, que debe extenderse a lo largo de décadas. O el control de la toxificación humana del medio ambiente causada por la introducción de sustancias tóxicas producidas artificialmente (toxicant agents). O nuevos potenciales problemas como la difusión de partículas nanotecnológicas en el ambiente, o el efecto del fracking en las reservas de agua en profundidad.

Desde el punto de vista económico, emerge la necesidad de superar el ilusorio modelo de recursos inagotables del planeta, para afrontar la realidad de unos recursos cada vez más escasos y por los que habrá una competencia creciente. Y, en relación con ello, la necesidad de superar el modelo lineal de la economía (recursos-fabricación-desecho) por un modelo de economía circular.

Las soluciones resultarán de la combinación de tecnologías y nuevos modelos de gestión y de negocios. Así, por ejemplo, deberán idearse nuevas formas de tecnología agrícola que permitan mejorar las cosechas y reducir las pérdidas en las mismas, para producir mejores alimentos para más personas, sin degradar más con ello el medio ambiente, y disponiendo de recursos limitados en suelo y agua. Tecnologías para visualizar y transformar enormes flujos de datos sobre el medio ambiente en acciones efectivas.

O deberán generarse soluciones para reducir y capturar el CO2, inyectándolo en las capas profundas del planeta, e intentar contribuir con ello a la reducción del efecto invernadero (y evitar el escenario de crecimiento de la temperatura media del planeta uno o dos grados para finales del siglo XXI). O definir nuevos instrumentos legales y de políticas públicas, nacionales e internacionales, en términos.

Ver enlaces en el texto. De nuestro proyecto: CEDE Now is Next