THE SECOND MACHINE AGE
Se consolida el concepto de “Responsive Organizations”, organizaciones con una especial capacidad para reaccionar y adaptarse rápidamente a los cambiantes entornos de mercado.
Watson, el proyecto de Inteligencia Artificial avanzada de IBM al que hicimos referencia en la primera edición de este Radical Is Normal, empieza a encontrar sus primeros usos concretos. La University of Toronto ha desarrollado una aplicación que utiliza este superordenador para ayudar a los abogados en sus trabajos de investigación en procesos legales. Sin abandonar este ámbito profesional, otra línea de desarrollo apunta a que pueda ser utilizado incluso para dictar sentencias a partir de los datos generados en los procesos.
De momento, IBM ha confirmado recientemente el desarrollo de otra aplicación para Watson con un objetivo quizás con menos “glamour” pero no por ello menos demandado: una gestión más eficiente y menos estresante de la sobrecarga de correos electrónicos recibidos diariamente. Watson utilizará para ello logaritmos con capacidad de aprender de cada una de nuestras decisiones y acciones durante el cada vez mayor tiempo dedicado a enfrentarnos a nuestro buzón virtual.
Aplicaciones como éstas y otras que están por llegar antes de lo que nos podemos imaginar plantean el importante debate de cómo gestionar las consecuencias de sistemas inteligentes que pueden ya sustituir al hombre incluso en aquellas funciones cognitivas o intelectuales que hasta el momento le han sido exclusivas. Nombres del prestigio de Bill Gates o Elon Musk, entre otros muchos, están últimamente haciendo públicas su preocupación sobre unos avances de la Inteligencia Artificial para los que no estamos preparados como sociedad.
Erik Brynholfsson y Andrew McAfee proponen desde su imprescindible “The Second Machine Age” una única solución para un mundo de máquinas más inteligentes que nosotros: ser todavía más humanos, es decir, potenciar todavía más aquellas cualidades que nos caracterizan y nos diferencian de esos sistemas inteligentes: creatividad, intuición y empatía con otros humanos, por ejemplo.
Desde el punto de visto de vista de las organizaciones, Brynholfsson y McAfee proponen una alianza con las nuevas capacidades prometidas por la Inteligencia Artificial para, junto con las cualidades propiamente humanas, que éstas sean capaces de responder con una mayor rapidez a los cambios.
Propuesta que se inscribe en el creciente impulso del concepto de “Responsive Organizations”, organizaciones con capacidad para reaccionar y adaptarse rápidamente a los cambiantes entornos de mercado; empresas con la habilidad de producir prototipos y testar ideas con una gran agilidad; compañías y negocios que se organizan en redes y experimentan, que aprenden más rápidamente para dar respuesta a todo aquello que nos parece hoy radical pero que va a comenzar a ser normal antes de lo que podemos suponer.
From our Radical is Normal 2