CURIOSIDAD: LA LUJURIA DE LA MENTE (ESP)

CURIOSIDAD: LA LUJURIA DE LA MENTE (ESP)

 

INTRODUCCIÓN

Este libro responde a una inquietud: la curiosidad por la curiosidad. Espero que, si estás en sintonía con esta inquietud, el texto te resulte útil, y que, si la curiosidad te parecía hasta ahora una trivialidad meramente divertida, te unas a los que pensamos que es un componente crítico del que depende nuestro futuro como especie.

 

Profesionalmente me he dedicado, de diferentes formas, a la innovación durante 30 años. En esta trayectoria he aprendido sobre creatividad, imaginación, innovación, emprendimiento, actividades humanas distintivas que están todas directamente relacionadas con el progreso de nuestra especie. Actividades que convierten una “idea”, una “corazonada”, un impulso, una inquietud, en algo frecuentemente nuevo que no existía antes. Pues bien, creo que ni  la creatividad ni la innovación podrían existir sin un elemento previo fundamental: la curiosidad. Esta “energía” misteriosa de la mente humana que le lleva a sorprenderse ante cosas nuevas, y que le incita a buscar saber más sobre aquello que le inquieta (porque “le pica” la curiosidad).

 

Esta capacidad de transformación del entorno creando “lo nuevo” (para bien y para mal…) es lo que nos distingue de otras criaturas, entre ellas los primates, los más cercanos a nosotros en este planeta en esta cuestión. Otros animales son “curiosos”, se sorprenden ante estímulos que se les aparecen, pero, por lo que hoy sabemos, sólo los humanos nos hacemos preguntas del tipo “¿por qué?”, con la voluntad de “saber” algo que antes no sabíamos sobre algo o alguien. Poder (y querer) preguntarse “¿por qué?” es definitorio del ser humano.

 

Queda por determinar si una máquina podrá ser curiosa. En el momento de escribir estas líneas (2023), de lo que más se habla en los ámbitos tecnológicos es de los softwares basados en inteligencia artificial que construyen textos, muy parecidos (e incluso mejores) a los que haría un humano. Estos softwares son también capaces de escribir software. Y hay quién está trabajando en algoritmos que “desarrollen” la curiosidad en otro software (por ejemplo, un robot). Pero mientras este futuro de máquinas “inteligentes” que sean además “inquietas” y “curiosas” no llega, la alternativa de los humanos es, justamente, ser humanos; o sea, aprovechar las características distintivas de su mente, que son difíciles de “replicar” en una máquina. Propongo que esta debería la estrategia “temporal” de los humanos mientras no aparezcan “máquinas curiosas” que deriven en “sistemas creativos”.

 

Cuando empecé mi interés por la curiosidad solo intuía que este era un gran tema de futuro. Me propuse compartir lo que aprendía con quién quisiera, a través del canal “curiosity atelier” en diversas redes. Tras 50 artículos ( y sus correspondientes videos), he llegado a la convicción de que este es un tema crítico para nuestro futuro como especie. Y que, en consecuencia, hay que aprender más sobre la curiosidad humana. Estos primeros 50 artículos pueden ayudar.

 

Quiero agradecer muy especialmente a las personas que me hay ayudado en este proyecto a través de su patrocinio específico. Sus aportaciones me han permitido cubrir una parte de los costes.

 

Finalmente, agradezco al equipo que lo ha hecho posible, con las ilustradoras Cristina Bueno y Maria Vicente, el videocreativo Victor Pablo, y la gestora de comunidades Vero Garcia. Por aguantar mi curiosidad irrefrenable que frecuentemente impone agendas difíciles de cumplir.

 

La curiosidad vive en el filo entre lo trivial (“mira que curioso este video en TikTok”) y lo sublime (“¿qué ocurrió en el Big Bang?”). Darle dignidad a la palabra “curiosidad” es nuestra misión. ¿Te apuntas?

 

Alfons Cornella, 2023

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